Archivo por meses: abril 2009

OIMAKU de los ataques de asma

OIMAKU de cuando sufría ataques de asma de pequeño. Siempre era de noche, me era imposible respirar. Llamaba a mis padres casi sin voz. Corriendo en el coche, mis padres me llevaban al hospital. Los labios blancos, la cara en lágrimas. En seguida, los medicamentos y los vapores de mentolín y eucalipto. Demos gracias a las cámaras nebulizadoras que han evitado a los asmáticos tener que salir a toda prisa a urgencias cada vez que sufren un ataque.

OIMAKU del videoclip de Thriller

OIMAKU de cuando, con apenas tres años, mi madre me ponía el videoclip del «Thriller» de Michael Jackson, terrorífico y emocionante a partes iguales para mis ojillos, que me mediotapaba con los dedos al mirar. Ahí comencé a entender el morbo de los temas de terror, porque mientras lo veía, mi madre me preguntaba si me daba miedo, ¡no lo quites!, respondía yo. Ese vídeo alimentó mi imaginación desde pequeña. Parece ser que mi abuelo se enfadaba con mi madre porque «le ponía eso a la niña», pero de eso «noimaku».

OIMAKU del chicle de los pitufos

OIMAKU de cuando mi madre me hizo elegir entre un chicle de los pitufos y un palote de fresa en la caja del supermercado. Yo quería ambas cosas, así que le contesté que quería el palote mientras me guardaba el chicle en el bolsillo. Como no existe el crimen perfecto, en el salón de casa me dejé llevar por una imprudente gula. A los pocos segundos, mi madre salía del balcón y me sorprendía mascando y mirando el cromo del pitufo fortachón. «¿De dónde has sacado eso?» me preguntó. Me limité a balbucear algunos sonidos ininteligibles y acatar el castigo.