OIMAKU de cuando tenía dos o tres años y me aterrorizaban los esqueletos. No podía entrar en la habitación de mis primos favoritos porque tenían un póster con el esqueleto de unos pájaros, y me daba pánico ver He-man por el maloso Skeletor. No sé en qué momento de mi infancia dejaron de darme miedo y pasaron a ser lo más, pero me pregunto en qué estado cataléptico entraría mi yo pasado si me hubiera visto en el futuro limpiando huesos.
Archivo por meses: abril 2009
OIMAKU de la niña bonita
OIMAKU de cuando la niña bonita de ojos azules me esperaba todas las noches en la cocina para abrazarme y desearme dulces sueños.
OIMAKU de Million Dollar Baby
OIMAKU de cuando T. y yo vimos la película Million Dollar Baby. Estábamos en la mediateca de la universidad de Southampton. Un amigo ya nos había avisado de la dureza del filme pero pensábamos que exageraba. En absoluto. Intentamos mantener la compostura lo mejor que pudimos, mordiéndonos los labios, apretando los puños, conteniendo la respiración. Resistimos por vergüenza a montar una escena lacrimógena en mitad de una biblioteca. Pero entonces Clint lloró, se quebró como un niño indefenso y ya no pudimos más y le acompañamos. Lloramos a moco tendido como dos criaturas también. ¿¡Quiénes éramos nosotros para aguantar más que Clint, por Dios!?
OIMAKU de la playa de Sitges
OIMAKU del día de la playa de Sitges: ¡tengo ganas de volver a ir a la playa!
OIMAKU de los partidos de frontón
OIMAKU de cuando mi mejor amigo y yo íbamos a jugar con un tercero a las pistas de frontón del club de natación. Mi amigo era insuperable en aquel momento, yo creo que en toda la Historia de la Humanidad sólo le he ganado dos o tres veces. El tercer chico siempre quedaba segundo porque tampoco podía vencerle. Indefectiblemente, cuando mi amigo ganaba, el otro sentenciaba: «¡Qué potra!». Era un personaje.
OIMAKU de las mañanas de los sábados
OIMAKU de cuando me despertaba los fines de semana a las siete de la mañana para ver Pressing Catch y Oliver y Benji.
OIMAKU de Paco Clavel
OIMAKU de (y ruego que me perdonen) Paco Clavel en el programa de Lo + Plus: llevaba una boina francesa, una chaqueta verde lima, la perilla teñida de amarillo fosforescente y un anillo cuya decoración era un enorme ladrón para la electricidad. Es la imagen perfecta para empezar una mañana divertida.
OIMAKU del concurso de literatura accidentado
OIMAKU de cuando gané aquel concurso de literatura y alcancé un estado de éxtasis tal que B. tuvo que agarrarme del brazo en un cruce para evitar que acabase bajo las ruedas de un vehículo. La arquitectura de la historia: sin duda, sir Alan, todo se repite.
OIMAKU de los libros debajo de la almohada
OIMAKU de cuando ponía mis libros preferidos debajo de la almohada porque había leído no sé dónde que así soñabas con ellos y te metías dentro de la historia. Creo que nunca funcionó.
OIMAKU del bolazo de nieve
OIMAKU del año que nevó y mi padre me llamó; me llamó en mitad de la calle, esperó a que me girara y me lanzó un bolazo en toda la cara que me duró inviernos de rencor poder limpiarme con el plato frío de la venganza.