Archivo por meses: septiembre 2010

OIMAKU de mi cuenta de Hotmail

OIMAKU de mi cuenta en Hotmail. Fue mi primera dirección de correo personal. Tenía una anterior en Wanadoo, me la dieron al conectarme con la compañía, pero no la utilizaba. Por ser original, me puse un nombre que costaba lo mismo escribirlo que recordarlo, con números y letras, que parecía más el nombre de un bot que el de un ser humano. Por no tener, no tenía ni gracia. Luego, apareció Gmail y Hotmail pasó a llamarse Windows Live. El servicio de correo de Microsoft se había quedado claramente en el pasado, superado también por Yahoo, donde ya tenía otra cuenta. Intenté pasar todos los correos de mi antigua cuenta a la nueva de Google, pero por lo visto tenías que hacerte una cuenta de pago para poder exportar tus correos. En Hotmail se quedó mi correspondencia de mi primer viaje a Inglaterra, lo cual me resultó odioso. Le cogí tanto asco que no la uso ni para SPAM. Prefiero usar en su lugar la de Wanadoo.

OIMAKU de Urotsukidoji

OIMAKU de la serie de películas de anime Urotsukidoji. Estuvo junto a Akira y El puño de la Estrella del Norte entre las primera películas de animación en llegar con la fiebre del manga. Nunca la he visto pero recuerdo que era tema común. «¿Has visto Urotsukidoji? Superbestia. Sale sangre y sexo a tope, y el malo es un demonio con una polla gigante». El mundo entero andaba flipadísimo con lo que estaba llegando del país del sol naciente, unos dibujos que nada tenían que ver con los de Walt Disney. Todos hablábamos de ello aunque algunos ni siquiera hubiéramos visto nada de lo que estábamos hablando.

OIMAKU de lo que me dijo S.

OIMAKU de lo que me dijo un ex compañero de clase cuando lo volví a ver casi diez años después, frente a la puerta de lo que fue nuestra escuela, sentado en los escalones hablando con otros ex compañeros del colegio. Sus palabras las tengo grabadas a fuego tan salvaje que me queman cada vez que pienso en ellas. «¿Ya has acabado la carrera? Eso está bien. Tanto estudiar, tanto estudiar,… ¡Lo que hay que hacer es trabajar!». Cuando las recuerdo por las noches, me ahogo y lloro.