Archivo por meses: diciembre 2011

OIMAKU de los sorteos por carta

OIMAKU de los sorteo por carta que se hacían en televisión antes de que hubiera móviles. Recuerdo que siempre estaba allí el «señor Notario» y el presentador; a veces, también estaba una de las azafatas del programa. El presentador o la azafata lanzaban las cartas al aire para atrapar una al azar. Recuerdo un concurso en el que, directamente, las hacían volar dentro de un tubo. Luego abrían el sobre para descubir al afortunado y había veces en que leían un fragmento de la carta. Tenía su qué toda aquella parafernalia. Los actuales sorteos por SMS son asépticos (y sospechosos).

OIMAKU del «au revoir» de Cantona

OIMAKU de aquel anuncio de Nike en el que los mejores futbolistas (o los más guays) del momento se enfrentaban a las fuerzas del mal en el Coliseo de Roma. Los futbolistas tenían que hacer frente al juego sucio de los demonios y parecía que era imposible ganar. Acababan, finalmente, sacando todo su talento para marcar el gol de la victoria.  El público alucinó porque parecía el tráiler de una película. Sin embargo, de todas aquellas cabriolas y efectos especiales, lo que realmente caló fue el apoteósico final en que Éric Cantona, el zumbado de Cantona, se levantaba la solapa y musitaba un «Au revoir» que se grabó a fuego en la memoria colectiva como el «Sayonara, baby» de Terminator. Se levantaba la solapa, decía adiós y destrozaba de un chut al diablo que custodiaba la portería con las alas extendidas. Brutal.

OIMAKU del caso Arny

OIMAKU del caso Arny en el que se investigaba al pub gay de dicho nombre por presunta prostitución de menores. El bar lo frecuentaban famosos, entre ellos Jorge Cadaval de los Morancos y Jesús Vázquez. Levantó gran revuelo. A ellos dos, sin embargo, no les pudieron imputar nada pues lo único que quedaba claro es que iban a tomar copas y a pasar el rato con los amigos. No sé si al final se demostró que en ese local se prostituía a chavales jóvenes o no. La parte del famoseo acabó arrastrando todo lo demás.