OIMAKU de la opinión de mis padres

OIMAKU de las opiniones dispares y extremas de mis padres acerca de mis dibujos cuando era pequeño. Mi madre cogía el papel y cantaba los maravilloso que era, me felicitaba y acababa por abrumarme, llevándome a pensar que tampoco era para tanto. Mi padre, en cambio, lo miraba y emitía un «muy bien» con una sonrisa, para luego añadir un «ya irás mejorando», comentario con el que me alejaba refunfuñando, repitiendo para mis adentros que el dibujo no estaba tan mal.