OIMAKU de aquel fin de semana de diciembre en Cadaqués. Nos habíamos reconciliado y yo le sequé el pelo para que no se resfriara. La playa parecía un atracadero abandonado de piratas fantasmas.
OIMAKU de aquel fin de semana de diciembre en Cadaqués. Nos habíamos reconciliado y yo le sequé el pelo para que no se resfriara. La playa parecía un atracadero abandonado de piratas fantasmas.