OIMAKU de los gritos de aquellos dos anuncios de coches, cuyas frases sin sentido acabó repitiéndolas más de uno: «¡Gerooooooooooooppa!» y «¡Alabulieeeeeeeeeeeeeeee!». Sobre todo, recuerdo la segunda, porque la gritaba un tipo al final del comercial, y aún no tengo ni la más mínima idea de lo que puede significar.