OIMAKU de un sueño que tuve. Estaba en casa de mi padre, aunque no era su casa real. Era otra que en el sueño yo consideraba su casa. Estábamos en el salón en penumbra, iluminados por la tele, y él me preguntaba si había visto el nuevo programa de la madrugada. Le contestaba que no y él me lo explicaba. Lo conducía Nacho Sierra, el ciudador de animales, pero nos referíamos a él como Nacho Vidal por una de esas tergiversaciones de los sueños, supongo que por no acordarme del nombre. El concurso trataba de que un hombre, joven o maduro, iba a participar con su novia y Nacho Sierra, el presentador, venía con su perro, un dogo alemán de color pardo con orejas en punta. Al final del programa, Nacho Sierra conseguía que el concursante prefiriera tirarse al perro antes que a su novia, en directo y frente las cámaras. El que resistía, ganaba. Cuando le preguntaba a mi padre cómo nadie podía hacerte cambiar a tu novia por un chucho y, encima, follártelo, me contestaba, mirándome con pasmo a causa de mi virulenta reacción, que los canes del programa parecían violentos pero que en realidad eran muy mansos. En ese momento, me fijaba que mi padre acariciaba un dogo alemán y comprendía que nadie había conseguido ni conseguiría jamás ganar aquel maldito concurso. Me desperté asqueado y aterrorizado al mismo tiempo, consciente de que mi pesadilla todavía podía hacerse telerrealidad.
Archivo de la etiqueta: sueño
OIMAKU del sueño de esta noche
OIMAKU del sueño que he tenido esta noche, en que era un guerrero que mataba gente, y por ello iba al infierno (sin embargo no recuerdo morir antes de ir al infierno). Este no tenía fuego, sino que era un páramo yermo y desierto lleno de vagabundos tan desesperados como yo.
OIMAKU de los libros debajo de la almohada
OIMAKU de cuando ponía mis libros preferidos debajo de la almohada porque había leído no sé dónde que así soñabas con ellos y te metías dentro de la historia. Creo que nunca funcionó.