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OIMAKU de Inma del Moral

OIMAKU de la primera presentador de El Informal, Inma del Moral, que fue todo un referente erótico en la televisión española de los 90. A mí me gustaba por lo que a todos, o a muchos, a la vez que disfrutaba cómo utilizaba sus dotes para a atraer a los babosos políticos a sus faldas para hacerles preguntas incisivas y mordaces que los dejaban en bragas. Me gustaba ese puterío que, después, con Patricia Conde, no llegó a ser el mismo. Del Moral tenía ese toque de sensualidad y afilada maldad que Conde convirtió en una hipérbole de impostada ingenuidad: otro estilo menos corrosivo y más evidente.

OIMAKU de Cosas de Casa

OIMAKU de Cosas de Casa, la serie que acabó acaparando hasta la náusea el personaje repelente por excelencia, Steve Urkell. Recuerdo que al principio sólo tenía contadas apariciones y hacia el final el actor coprotagonizaba con el sufrido Carl, padre de familia y ex policía en la Junga de Cristal, casi todos los episodios. Recuerdo cómo por arte de birlibirloque, o de cuota de share, dos hijas y una tía de la familia desaparecieron; luego, creo incluso que hasta la esposa y Eddie, el hijo mayor. Se desmontó todo el nidito familiar que aplicaba las pertinentes dosis morales en cada episodio para reunir a freaks tales como Urkell, Maira o Waldo Geraldo Faldo que lo único que hacían era repetir coletillas sin cesar. La serie fue cayendo en picado, bajada a los infiernos que se aceleró con el doblaje patrio de Antena 3, que decidió que era divertido añadir morcillas tales como «queso de Cabrales» o «m’ha dao un tabardillo». El canal estuvo tirando de ella, quemándola, hasta que encontró un sustituto para la franja de dos a tres de la tarde: Los Simpsons.

OIMAKU de los sorteos por carta

OIMAKU de los sorteo por carta que se hacían en televisión antes de que hubiera móviles. Recuerdo que siempre estaba allí el «señor Notario» y el presentador; a veces, también estaba una de las azafatas del programa. El presentador o la azafata lanzaban las cartas al aire para atrapar una al azar. Recuerdo un concurso en el que, directamente, las hacían volar dentro de un tubo. Luego abrían el sobre para descubir al afortunado y había veces en que leían un fragmento de la carta. Tenía su qué toda aquella parafernalia. Los actuales sorteos por SMS son asépticos (y sospechosos).

OIMAKU de Vídeos de Primera

OIMAKU del programa mítico de Televisión Española Vídeos de Primera, presentado por Alfonso Arús. Es el programa que a día de hoy, cuando anacrónicamente aún se siguen emitiendo programas de este tipo a pesar de la existencia de Youtube, envejece peor en mi memoria. Cada vez me parece más malo y no recuerdo ningún vídeo que me haga gracia, aunque en su día me riese. Que el vídeo más galardonado acabara siendo el de «Se va el toro, se va por la barranquilla» ya da una idea de su criterio humorístico. Recuerdo que el mayor interés de aquel concurso era ver si en un descuido se le caía el peluquín al presentador.

OIMAKU de un gag de La Trinca

OIMAKU de un gag de La Trinca. Creo que sucedía en la aduana de un aeropuerto donde Toni Cruz, el más alto, llegaba con un carro en el que transportaba una maleta enorme. El guarda de la aduana, Josep Maria Mainat, lo veía y, sospechando del tamaño del equipaje, se lo hacía abrir. Para sorpresa del guarda, la maleta estaba llena de prótesis de pechos. Flipado, el segurata empieza a tocarlos, y cada vez más fascinado, y más contento. Pero, finalmente, al apretar uno de ellos, se levanta de debajo de las prótesis una chica y le planta un guantazo en toda la cara. Surrealista y genial. Todavía me parto.

OIMAKU de la batalla de Rock Lee y Gaara

OIMAKU de la batalla de Rock Lee y Gaara en la serie de dibujos Naruto. Me provocó la misma fascinación que de niño sentía con Dragon Ball. El personaje de Rock Lee, inspirado en Bruce lee, y su sensei, basado en Jackie Chan, son la expresión máxima, llevada hasta la exageración histriónica, de la idea nipona de esfuerzo y sacrificio. Este combate fue unos puntos álgidos de una serie para adolescentes que ha ido decaído considerablemente. La animación de los movimientos y técnicas de lucha están muy bien conseguida, consiguiendo mantenerte pegado a la pantalla sin rayos ni kamehameha. Lo catalogaría de «épico» pero ya me ha quedado suficientemente freaky este recuerdo.

OIMAKU de la pareja del opening de Érase una vez la vida

OIMAKU de la pareja que aparecía en la canción del comienzo de los dibujos animados de Érase una vez la vida. Era una pareja de adultos formadas por dos de los personajes característicos de la serie: el chico guapete y la chica morena. Ambos salían en pantalones, con el pecho descubierto. Recuerdo que siempre la miraba a ella. Se acercaban el uno al otro en mitad de un prado y se fundían literalmente en un abrazo: se transformaban en una esfera que ascendía al cielo y daba como resultado el sol. De fondo, sonaban las últimas notas de la canción cuya letra decía «en el fondo de su corazón». Me encantaba aquella serie.